martes, 16 de marzo de 2010

Alexa del Coral / Minicuentos




NÁUFRAGOS

Irremediablemente sumergidos, lentamente nos traga el abismo verdinegro en cuyo fondo se entrecruzan corrientes frías y cálidas. Tus senos se enredan en el plancton y mis brazos se adosan a tus carnes como lánguidas anguilas. Dejamos que el lodo comience a sellar nuestros ojos, oídos, nariz y sexo, ávido légamo del que seremos parte. Las anémonas nos hacen señales melancólicas en el rumoroso, opalino descenso de este amor náufrago en que al fin, tras largos días de desesperación, acabamos. Arriba nos dice adiós el sol y el agitado oleaje de la vida. Ahora, tú y yo, al fin tranquilos, habitaremos el reino de los peces y los antiguos pulpos de sedosa mirada.

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UNA CAMA NO ES UNA ALFOMBRA

La noche en que Irene conoció a Andrea, hicieron el amor sobre la alfombra. Andrea dormía siempre allí puesto que le parecía más cómodo y bello. Le había tomado odio a las camas desde niña por todo lo que una cama representaba: costumbre, rutina, aburrimiento, pesadilla, soledad, miedo. La alfombra, decía, era en cambio para ella, libertad, juego, imaginación, deseo. Irene le dio la razón y desde entonces, siempre lo hicieron sobre alfombras, y la verdad es que volaron maravillosamente en ellas por Mil y Una Noches más.
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CENA DE BIENVENIDA


He soñado esta cena por los días y noches de escasez que tuviste; las famélicas horas de tu prisión; la sed interminable de la ausencia y la espera. Ahora, por fin, puedes saciarte: el vino está a punto, las viandas humean, el aroma de la carne y las verduras se entrevera junto al pan fresco, incitando tus papilas, tus ojos, tus sentidos otra vez al placer. Miro tu boca enrojecida saboreando gustosa, y tu lengua que a veces, como áspid del deseo, asoma por tus labios. ¡Ah!, cada plato es mi amor adobado en tomate y cebolla; y de postre estoy yo, esperando tu hambre: degústame, devórame, despacio y en silencio, tendida entre las velas.

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AL FIN SOLAS

Me despierto, y entre las telarañas del sueño te veo ahí, parada junto a mi cama. Y no sé qué decirte. En la casa sólo estamos tú y yo al fin. Nuestros maridos se han ido juntos a ese "viaje de negocios" y sabemos que nadie vendrá en tres o cuatro días. Por lo pronto, tienes miedo, tienes frío, no puedes dormir. Entonces te digo, ven aquí queridita, quédate conmigo esta noche (y todas las noches si quieres), junto a mi propio miedo, mi frío, mi vacío...Descifremos, con los dedos ansiosos, el secreto perdido de nuestras pieles, los recodos invisibles de nuestra soledad con la febrilidad nerviosa de tu lengua en la mía, y la mía en el fondo de tus hondos silencios...

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RETRATO DE DAMA CON BANDIDO

Antonio Medina, el temible "Toñilas", el hombre que a sus veintisiete batía ya los récords criminales, había vuelto a escapar de la cárcel. Ahora se refugiaba en casa nada menos que de la condesita Giovanna Pezotti, la bella y enamorada muchacha que con sus influencias, facilitó las cosas. El problema para ella era hacer de su cuarto una celda secreta durante meses si fuera preciso, y que nadie lo descubriese allí, ni siquiera su celoso padre, don Carlo. Así que no tuvo otro remedio que hacer de nueva carcelera ella misma, y cada día, cada noche cuidar de su bandido, de sus necesidades, que no eran pocas, ni fáciles, incluso para una condesita tan guapita ella, tan ansiosa y bien dispuesta a satisfacerlas. Sólo los ardorosos gemidos y cierto traqueteo insistente a deshoras denunciarían, finalmente, primero ante el viejo conde y por ende, las autoridades, la presencia del reo semanas después.

(Finalista en el Certamen "Argerust", 2010, Madrid, España)

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LA MUJER DE TU HERMANO

No, no insistas, no deberías estar aquí ...!Sabes que no deberías estar aquí!... ¡Véte! ...Vete, y no se lo diré ... Déja ... ¡No me toques! ... !No seas tan atrevido, hombre! ... Mira que pueden vernos ... No...por favor, no...¡Uff!...Más bien te entras de una vez, entonces. No quiero que alguien ..., ..., ...Pero ...¡Qué haces! ... Eres un...a...tre...vi...do ... Ummm...Maldito descarado... ¡Ay! ... ¡Huy! ...¡Ohhh! ... Mejor en el sofá, sí, en el sofá.

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Alexa del Coral.- Narradora, poetisa, maga. Vive cerca de Envigado y en el corazón de sus amigos, allí teje palabras, risas, sueños.

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